estudiantes – OBSERVATORIO DE POLÍTICAS EDUCATIVAS 2024-2030 /OPE-IISUE Tue, 06 May 2025 23:56:02 +0000 es hourly 1 http://wordpress.org/?v=6.7 Seguridad en el camino al estudio. Violencia en la circulación espacial hacia el CCH Oriente y Sur de la UNAM /OPE-IISUE/?p=1526 /OPE-IISUE/?p=1526#respond Tue, 06 May 2025 23:46:07 +0000 /OPE-IISUE/?p=1526 Santiago Andrés Rodríguez[1]

Gabriel Tenenbaum[2]

Daniel Cobos[3]

Presentación

El derecho a la educación está seriamente amenazado en los territorios de alta criminalidad. Millones de niñas, niños y adolescentes en México recorren peligrosos y, muchas veces, extensos caminos desde sus casas hacia la escuela –y de regreso– que amenazan su vida, su integridad física y su acceso a la educación. A pesar de ello, según un trabajo reciente, las ciencias sociales latinoamericanas le han dedicado una atención insuficiente a las problemáticas de inseguridad en el camino al estudio (Cuchi, Tenenbaum y Rodríguez, s. d.). Preguntas relacionadas con cómo condicionan los contextos de alta criminalidad los logros educativos, la asistencia y la circulación de camino a la escuela no tienen respuestas claras y directas.

Los escasos trabajos en esta línea de investigación indican que la inseguridad en el camino al estudio cercena las posibilidades de desplegar trayectorias normativas en la educación (Salamano et al., 2024; Espíndola et al., 2023; Colin Huizar, 2022). Las formas de habitar y circular en el espacio con miedo, así como la probabilidad de exponerse al riesgo de ser víctima de un delito, varían de acuerdo con la identidad sexual y de género (Meneses Reyes y Pogliaghi, 2022; Ortiz y Avilés, 2022; Tenenbaum et al., 2021). A su vez, la desafiliación educativa afecta más a los estudiantes de escuelas en contextos de alta criminalidad y vulnerabilidad socioeconómica, en especial en la educación media (CEPAL, 2024). Al mismo tiempo, estos estudiantes, sus familias y las comunidades educativas suelen tener menos recursos económicos y, por lo tanto, menos capacidad para la resolución de alternativas: cambio de escuela, cambio de colonia, etcétera. Hay suficiente evidencia sobre el hecho de que la disponibilidad de recursos socioeconómicos y culturales de las familias incide significativamente en las oportunidades de progresión escolar hacia los niveles educativos más altos (Guzmán y Serrano, 2011; Bartolucci, 2022; Rodríguez, 2022;[4] Cobos, 2023[5]), pero poco se ha estudiado el efecto que tiene en contextos de violencia familiar y espacial en la comunidad.

Desde la teoría de la topofilia (Tuan, 2007), se entiende que los contextos de criminalidad radical condicionan de manera negativa y significativa la movilidad humana, en tanto los vínculos emocionales que se establecen con el espacio en la experiencia son: miedo, peligro, amenaza, entre otros. Caso extremo es lo que Rocha y Lan (2021) denominaron necroespacialidad, es decir, territorios de muerte que son parte de la vida cotidiana de una amplia parte de los habitantes: ser testigo o saber de la muerte de otras personas, ver cuerpos sin vida, experimentar un intento de homicidio o la muerte por balas perdidas, la pérdida de familiares o parientes, etcétera. Así lo demuestran los estudios de Salamano y sus colaboradores (2024), Vargas-Silva y Vargas-Garduño (2023) y Galán Jiménez y sus colaboradores (2022) que evidencian la generación de topofobias o, por el contrario, procesos de desensibilización espacial o naturalización de la violencia. Los espacios de muerte representan marcas territoriales del dolor, que se convierten en necronormatividad cuando se naturalizan o normalizan, según afirman Rocha y Lan (2021).

En este contexto y en el marco del trabajo entre el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad de la República (Udelar), en 2025 comenzó a implementarse el proyecto de investigación “La seguridad en el camino al estudio. Violencia en la circulación espacial hacia el CCH Oriente y Sur de la UNAM y su impacto en las trayectorias educativas de las y los jóvenes”, bajo la coordinación de quienes firman este trabajo.

El objetivo general del proyecto es analizar el problema del camino al estudio al indagar la violencia territorial en los entornos y los trayectos de las y los estudiantes a los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente y Sur de la UNAM.

En su primera etapa, en el primer bimestre de 2025, se aplicó un estudio con un método diseñado en dos fases. En primer lugar, se instrumentó una encuesta de 62 preguntas donde se abordaron las siguientes temáticas: a) Datos generales y educativos del estudiante, b) Percepción de inseguridad, c) Victimización, d) Confianza en instituciones y actores sociales, y e) Datos de origen. En segundo lugar, se aplicó un instrumento de relevamiento de información denominado mapeo de zonas de inseguridad. A cada participante se le entregó un mapa del entorno del plantel, donde cada uno indicó los lugares que percibe más inseguros.

La población de estudio estuvo constituida por estudiantes de entre 15 y 17 años de edad, de segundo, cuarto y sexto semestre del periodo 2025-II. La muestra fue por cuotas de acuerdo con el género, el semestre (segundo, cuarto y sexto) y el turno (matutino y vespertino). El trabajo de campo se realizó entre el 27 de enero y el 12 de febrero de 2025 y se aplicaron un total de 753 encuestas efectivas de percepción de inseguridad y victimización, 364 corresponden al CCH Sur y 389 al CCH Oriente. Además, se obtuvieron 734 mapas de percepción de inseguridad en el espacio.

Para este trabajo, se realiza un análisis preliminar de tipo estructural donde se consideran algunas variables sociodemográficas, escolares y de percepción acerca de la inseguridad en el camino a la escuela durante el día y la noche, así como la identificación de los grupos delictivos dentro y en el entorno escolar, y sus principales actividades delictivas.

Un vistazo general al perfil sociodemográfico y escolar de la población entrevistada

Los resultados de la encuesta muestran diferencias importantes en las características sociodemográficas —excepto en la variable edad— y escolares de la población estudiantil de los planteles. Dichas diferencias ofrecen pistas sobre las desigualdades que atraviesan el sistema de bachillerato de la UNAM.

Desde el punto de vista sociodemográfico, se observan diferencias en la distribución de la variable identidad de género: en el CCH Sur, la proporción de mujeres (49.2%) y hombres (48.6%) es más equilibrada, mientras que en el CCH Oriente predominan los hombres (55.5% contra 43.2% de mujeres). Por otro lado, la proporción de estudiantes que se identifican con otro género es baja, aunque ligeramente mayor en el Sur (2.2% frente a 1.3%, respectivamente). El promedio de edad del alumnado en su conjunto es 16.1 años (16.1 en el Sur y 16.0 en Oriente), lo que sugiere trayectorias escolares continuas, sin interrupciones significativas (Bartolucci, 2022).

El lugar de residencia constituye una de las diferencias principales entre ambos planteles. En el CCH Sur, la gran mayoría vive en la Ciudad de México (95.3%), mientras que sólo 4.7% reside en el Estado de México. En contraste, en el CCH Oriente esta relación se invierte: 59.8% del estudiantado proviene del Estado de México y 40.2% vive en la capital. Esta distribución territorial sugiere trayectorias escolares ancladas en contextos geográficos y sociales distintos. Importa anotar que, de manera general, los planteles del CCH se encuentran ubicados en puntos geográficos estratégicos para atender la demanda en las zonas periféricas de la Ciudad de México que lindan con el Estado de México, como los planteles de Azcapotzalco, Vallejo y Oriente.

La mayoría de la población estudiantil recorre distancias superiores a los cinco kilómetros entre su hogar y la escuela: 64.7% en el CCH Sur y 62.3% en el CCH Oriente. Sólo una pequeña proporción vive a menos de un kilómetro de distancia (0.6% y 3.1%, respectivamente). En general, los resultados indican que el alumnado recorre trayectos largos para asistir a clases, lo cual podría impactar en su puntualidad, rendimiento, cansancio, la posibilidad de participar en actividades extracurriculares, así como en su seguridad personal. Los recorridos diarios, en muchos casos realizados en transporte público, exponen a las y los estudiantes a diversas situaciones de riesgo, como el acoso, los asaltos y otras formas de violencia que afectan de manera particular a la juventud que transita por zonas con altos niveles de inseguridad.

Por último, las variables relacionadas con los antecedentes escolares se refieren al promedio de calificaciones en el semestre 2025-1, a los exámenes extraordinarios presentados y a las materias que volvieron a cursar. En general, el promedio del semestre anterior es ligeramente más alto en el CCH Sur que en Oriente: 23.4% del estudiantado del Sur se ubica en el rango superior de 9.1 a 10, frente a 21.9% en Oriente. Si bien en el CCH Sur se observa un promedio de calificaciones más alto, las y los estudiantes de este plantel presentan más exámenes extraordinarios (28.4%) y reportan una proporción mayor de materias recursadas (31.2%), en comparación con el grupo estudiantil del CCH Oriente (15% y 27.6%, respectivamente). En conjunto, los resultados preliminares también invitan a reflexionar sobre la forma en que se aplican los criterios de evaluación y acreditación en cada plantel, así como en los niveles de exigencia académica.

Percepción de las y los jóvenes sobre el contexto de violencia de sus planteles

Para explorar las opiniones de la población estudiantil sobre su percepción de seguridad en el camino al plantel, les preguntamos qué tan seguras o seguros se sienten en su trayecto cotidiano de su casa a la escuela, tanto en el día como la noche (cuadro 1). Observamos que, en general, 8 de cada 10 estudiantes se sienten seguros o muy seguros en su trayecto durante el día (57.6% y 22.8%, respectivamente); en contraste, la percepción cambia radicalmente en la noche, donde más de la mitad se sienten inseguros o muy inseguros (38.9% y 13.6%, respectivamente). Al comparar la percepción de seguridad en la noche para ambos planteles se observa un contraste significativo, pues la percepción de inseguridad predomina en las y los jóvenes del CCH Oriente (59.7%), mientras que un poco menos de la mitad de las y los estudiantes del CCH Sur se perciben inseguros o muy inseguros en su trayecto (44.7%).

Cuadro 1. Percepción de seguridad del estudiantado del CCH Sur y Oriente en el trayecto de la escuela a su casa en el día y la noche (%)

Fuente: Elaboración propia.

Dicho panorama es similar cuando consideramos la distribución de la percepción de seguridad por género (cuadro 2). La mayoría de las alumnas se siente segura y muy segura en su trayecto durante el día (77.5%), pero por la noche más de la mitad manifiesta una percepción de inseguridad y mucha inseguridad (60.5%). De igual forma, en más de la mitad de las personas de género no binario prevalece una percepción de inseguridad y mucha inseguridad (53.9%). En contraste, casi 5 de cada 10 hombres reportaron una percepción de inseguridad y mucha inseguridad (45.4%).

Cuadro 2. Percepción de seguridad del estudiantado del CCH Sur y Oriente en el trayecto de la escuela a su casa en el día y la noche, por género (%)

Fuente: Elaboración propia.

En relación con esta percepción de inseguridad generalizada y con diferencias claras por género, consultamos a las y los estudiantes por las personas o los grupos que les generan más inseguridad en su trayecto a la escuela (ilustraciones 1 y 2). Sus respuestas más frecuentes aluden a experiencias de asaltos o a la percepción constante de estar en riesgo de ser asaltados, así como a la presencia de personas que les incomodan —principalmente hombres— en calles solas, poco iluminadas, durante la noche y en el transporte público, además de grupos que se reúnen para consumir drogas.

Ilustración 1. Nube de las palabras más mencionadas sobre personas o grupos que generan en los hombres mayor ansiedad en el día y en la noche

Fuente: Elaboración propia.

Ilustración 2. Nube de las palabras más mencionadas sobre personas o grupos que generan en las mujeres mayor ansiedad en el día y en la noche

Fuente: Elaboración propia.

Si bien éstas fueron las respuestas más frecuentes, las y los jóvenes también señalaron que les genera inseguridad que se les acerquen, hablen o acosen personas mayores, además de personas alcoholizadas en paradas de autobús, el metro o zonas comerciales poco concurridas por la noche. Al considerar las diferencias por género, resalta que, para las mujeres, además de los asaltantes, las principales fuentes de inseguridad son los hombres, las personas que se drogan y el transporte público. En menor medida, también mencionaron indigentes y posibles secuestradores.

Además, se solicitó su opinión, con base en su experiencia y conocimiento, sobre la presencia de grupos delictivos en el entorno escolar. Destaca que prácticamente 4 de cada 5 jóvenes piensan que hay grupos delictivos en los alrededores de la escuela (79.2%) (cuadro 3). Observamos que hay una diferencia entre las y los jóvenes del CCH Sur y Oriente, en relación con la identificación de los grupos delictivos: mientras que 70.2% del estudiantado del CCH Sur opina que existen, en el CCH Oriente esta proporción asciende a 87.7%.

Cuadro 3. Opinión sobre la presencia de grupos delictivos en el entorno escolar, por plantel (%)

Fuente: Elaboración propia.

Por otro lado, les consultamos acerca de si los grupos delictivos están presentes dentro de sus escuelas. De manera contraria a la noción generalizada de la escuela como un espacio seguro, casi todos consideraron que los grupos delictivos operan dentro de sus planteles (si sumamos las categorías “poco”, “bastante” y “mucho”). Si se toman en cuenta las diferencias por colegio, las categorías que enfatizan la presencia de grupos delictivos (“bastante” y “mucho”) se concentran en el CCH Sur (41.6% y 14.3%, respectivamente).

Cuadro 4. Opinión sobre la presencia de grupos delictivos dentro de la escuela, por plantel (%)

Fuente: Elaboración propia.

Aunque existen diferencias observables entre las opiniones del estudiantado de uno y otro plantel, llama la atención la opinión generalizada sobre la presencia de grupos delictivos en los alrededores. Este diagnóstico coincide con el clima de violencia reciente, que se ha agudizado al punto de un paro estudiantil en cada uno de los colegios por la exigencia de mayor seguridad en el entorno. En este sentido, el cuestionario incluyó una pregunta adicional sobre la percepción del alumnado respecto de las principales actividades delictivas que realizan dichos grupos. En la ilustración 3 reportamos la opinión de las y los jóvenes sobre ocho actividades delictivas principales, por el plantel.[6]

Ilustración 3. Percepción sobre las principales actividades delictivas en el entorno escolar del CCH Sur y Oriente

Fuente: Elaboración propia.

Las principales actividades delictivas identificadas por las y los estudiantes coinciden con su percepción generalizada de inseguridad. Observamos que las actividades delictivas señaladas con mayor frecuencia se relacionan con el consumo y tráfico de drogas, seguidas del robo, el robo con violencia y la extorsión. Destaca que, en menor medida, aparecen como actividades principales el secuestro, el sicariato y la explotación sexual.

Comentarios finales

Las variables consideradas en este análisis preliminar muestran que la escuela no cumple de manera efectiva su función como institución social de protección para buena parte del alumnado de los planteles del CCH Oriente y Sur. Esta conclusión inicial se distancia de manera contundente del derecho a la educación y pone en duda la solidez de la idea generalizada de la escuela como espacio sagrado y seguro. En términos de largo plazo, esta primera conclusión replantea el lugar y el significado de las instituciones modernas.

La inseguridad en el camino al estudio ha recibido escasa atención por parte de la academia, los profesionales del área y las autoridades institucionales y estatales. Incorporarlo en la agenda de investigación es central para comprender su implicancia y fundamentar políticas públicas basadas en evidencia empírica que garanticen trayectos educativos seguros y equitativos.

Recientemente, en febrero de 2025, el gobierno de la Ciudad de México puso en marcha el programa Auxilio Escolar para garantizar entornos seguros en la educación media de la capital mexicana (Jefatura de Gobierno, 2025). Una estrategia similar, denominada Programa Nacional Escuela Segura, fue llevada a cabo en la ciudad en 2012 (SEP, 2012). Los estudiantes de los diferentes planteles de la UNAM demandan mayor seguridad e incluso la rectoría “firmó un convenio con el gobierno de la Ciudad de México para establecer acciones que aminoren la inseguridad en la capital del país” (Hernández, 2025). Estas problemáticas han sido señaladas en el Plan de Trabajo para la Rectoría de la UNAM (2023-2027), donde se destaca la necesidad de construir entornos de “respeto, tranquilidad y paz” para el desarrollo de las actividades educativas, “especialmente en los trayectos que los estudiantes realizan para desplazarse diariamente en las inmediaciones de sus planteles” (Lomelí, 2023: 27). En este contexto, se considera que la evidencia generada por el presente estudio —y la investigación de la que forma parte— puede contribuir de manera sustantiva a la formulación de políticas públicas, tanto universitarias como gubernamentales.

Referencias

Bartolucci, Jorge (2022), “La admisión escolar en la UNAM. Aspirantes y asignados en una generación de estudiantes de primer ingreso a licenciatura”, en Mónica López Ramírez y Santiago Andrés Rodríguez (coord.), Trayectorias y transiciones educativas de los estudiantes mexicanos: procesos, rutas y experiencias por el sistema educativo nacional, México, UNAM, pp. 163-202.

CEPAL. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2024), “Prevención y reducción del abandono escolar en América Latina y el Caribe”, <http://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/b80b4d28-e4df-4c5c-9659-dd78d4d1b527/content>, consultado el 28 de abril, 2025.

Cobos, Daniel (2023), “La construcción de estrategias adaptativas a la desigualdad de oportunidades educativas en la Ciudad de México: el caso de estudiantes de secundaria en transición a la educación media superior”, tesis de doctorado en Ciencia Social con especialidad en Sociología, México, El Colegio de México.

Colin Huizar, Alberto (2022), “Maestros bajo fuego. Repercusiones de la violencia criminal en escuelas públicas del Valle de Apatzingán, Michoacán”, Diálogos sobre Educación. Temas Actuales en Investigación Educativa, vol. 13, núm. 24, <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S2007-21712022000100003&script=sci_arttext>, consultado el 28 de abril, 2024.

Cuchi, Belén, Gabriel Tenenbaum y Santiago Rodríguez (s. d.), “La inseguridad en el camino al estudio. ¿Una deuda pendiente en el campo de la investigación educativa?”, artículo en evaluación por la revista Diálogos sobre Educación. Temas Actuales en Investigación Educativa.

Espíndola, Fabiana, Mario Fuentes, Ignacio Salamano, Gabriel Tenenbaum y Nilia Viscardi (2023), “Los obstáculos para el camino al estudio: el mapa de la inseguridad desde las adolescencias de barrios vulnerables a la violencia de Montevideo”, El Uruguay desde la Sociología,núm. 20, pp. 195-221.

Galán Jiménez, Jaime Sebastián, José Luis Calderón Mafud, Omar Sánchez-Armáss Cappello y Mario Guzmán Sescosse (2022), “Exposición y desensibilización a la violencia en jóvenes mexicanos en distintos contextos sociales. Acta de investigación psicológica”, Psychological Research Records, vol. 12, núm. 3, pp. 5-17.

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[1] Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, Universidad Nacional Autónoma de México. sarodriguez513@gmail.com ORCID: http://orcid.org/0000-0003-1697-294X

[2] Universidad de la República, Uruguay. gabriel.tenenbaum@cienciassociales.edu.uy ORCID: http://orcid.org/0000-0001-9418-0580

[3] Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, Universidad Nacional Autónoma de México. peacy35@gmail.com ORCID: http://orcid.org/0000-0002-9712-8814

[4] Para el caso de la educación media y superior de la Universidad Nacional Autónoma de México.

[5] Para el bachillerato de la Universidad Nacional Autónoma de México y otros tipos de bachillerato.

[6] Para la construcción de la ilustración 3, consideramos las dos principales actividades delictivas que las y los estudiantes señalaron a partir de la pregunta “¿cuáles son las actividades principales de los grupos delictivos que operan en los alrededores de tu escuela?”. Para fines expositivos, excluimos las opciones de respuesta “otros”, “no sabe” y “prefiere no responder”.

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